Sypha Belmont | |
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Simon Belmont (hijo) | |
Sypha Belmont (サイファ・ベルモンド saifa berumondo?), llamada Sypha Belnades (サイファ・ヴェルナンデス saifa verunandesu?) antes de contraer matrimonio,[1] fue la esposa de Trevor Belmont y madre de Simon Belmont. Aparece por primera vez en el videojuego Castlevania: Lords of Shadow - Mirror of Fate.
Personalidad[]
En sus pocas apariciones, Sypha ha demostrado ser una esposa amorosa, tratando de animar a su esposo Trevor cuando este entró en desesperación al enterarse de su verdadero linaje y de la identidad del asesino de su madre, su propio padre. Ademas, Sypha demostró ser extremamente valiente en sus últimos momentos, arriesgando su vida para salvar la vida de su hijo Simon.
Apariencia[]
Sypha tiene el cabello de color rojo oscuro y largo, su tez es de color blanca y las definiciones de sus rostro son muy delgadas.
Lleva puesto una camisa de color gris con lo que pare ser una capucha en la parte del cuello y una falda larga de color azul opaco.
Historia[]
Murió en el año 1073 por las fuerzas de hombres lobo de Drácula, dejando a Simon a cuidado de la gente de las montañas.
Su alma se mantuvo en un fragmento congelado bajo el castillo de Drácula donde fue descubierta por su hijo Simon durante 1101. A pesar de que Simon nunca se dio cuenta de quién es ella realmente, se une a su búsqueda para protegerlo con el poder de su amor. Este poder se conoce como el Espíritu de Belnades.
Más tarde, durante una batalla con el Nigromante, es capturada para ser liberada después de la batalla.
También ayudó a convencer al espíritu de Michael Gelhart Schneider para que se uniese a la causa de Simon, dándole el poder del Espíritu de Schneider.
Curiosidades[]
- Aunque es descendiente del Clan Belnades, se desconoce si ella podía utilizar poderes mágicos durante su vida.
- El Espíritu de Belnades representa en realidad dos personificaciones, una de ellas es Sypha y la otra una mujer que fue una sanadora en el pasado, siglos antes de que la búsqueda de Simon Belmont comenzara, a quien los peregrinos solían viajar para visitar su santuario.